17

Oct

2023

ARTÍCULO DE OPINIÓN

Katalin Karikó y Drew Weissman, Premio Nobel de Medicina 2023: honor al mérito

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El Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) ha concedido el premio Nobel de Fisiología o Medicina a Katalin Karikó y Drew Weissman por la vacuna de la covid basada en ARN mensajero.

Por Vladimir Bustinza. 17 octubre, 2023.

“Voy a escuchar la radio, que a lo mejor te dan el Nobel”. “Mamá, ¿sabes?, no me dan siquiera una beca”. Era el diálogo natural que entablaban unos años antes la bioquímica húngara Katalin Karikò (1955), quien junto con el inmunólogo estadounidense Drew Weissmann (1959) recibirán el próximo 10 de diciembre de manos del Rey de Suecia el Premio Nobel de Medicina por contribuir de un modo sin precedentes al desarrollo de las vacunas durante la pandemia.

Hasta la pandemia por coronavirus, las vacunas estaban basadas en virus debilitados y de ese modo se logró la inmunización por ejemplo contra la poliomielitis y la fiebre amarilla. Sin embargo, la llegada del COVID-19 supuso un enorme desafío para la medicina y obligó a los investigadores a trabajar contra reloj.

“Con sus descubrimientos innovadores, que fundamentalmente cambiaron nuestra comprensión de cómo el mRNA interactúa con nuestro sistema inmune, los laureados contribuyeron al nivel sin precedentes de desarrollo de una vacuna durante una de las grandes amenazas para la salud humana de los tiempos modernos”, dijo el panel que otorgó el premio. De ese modo, las vacunas contra el COVID-19 se administraron miles de millones de veces en todo el mundo y se han sentado las bases para inoculaciones que algún día podrían proteger contra una serie de enfermedades crónicas, como el cáncer.

Sin embargo, al encontrarse ambos investigadores frente al máximo logro de sus carreras, se sabe que no ha sido fácil llegar a esta meta: durante muchos años un laboratorio de la Universidad de Pensilvania dirigido por Weissman fue testigo de sus trabajos que límites de horarios, tanto así que se enteró del premio un día a las 4 a. m., cuando Karikó le envió un mensaje de texto preguntándole si ya tenía noticias de Thomas. “No. ¿Quién es Thomas?”, respondió. Karikó le dijo que Thomas Perlmann era miembro del comité del Nobel y buscaba el número de teléfono de Weissman.

Karikó, la decimotercera mujer en ganar el premio Nobel, durante muchos años no contó con financiamiento ni un puesto académico permanente, manteniéndose en las labores de investigación solo con el apoyo de algunos científicos de la Universidad de Pensilvania que la dejaban trabajar con ellos. Hace una década se vio obligada a jubilarse de la universidad, donde sigue siendo profesora adjunta mientras planea crear una empresa con su hija, Susan Francia, quien tiene una maestría en Administración de Empresas y ganó dos veces la medalla de oro olímpica de remo.

“Uno no persevera e insiste e insiste solo para decir: ‘No me rindo’”, dijo Karikò, en sintonía con el sentido de perseverancia de Weissman, lección de constancia y fortaleza que benefició y seguirá beneficiando a la humanidad, que ahora los va conociendo y podrá agradecerles en vida por las consecuencias presentes y futuras de sus investigaciones.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

 

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